sábado, 22 de marzo de 2014

Historia de un Lazarillo S.XXI


Señor juez le voy a contar mi historia para que usted pueda entender porque me da igual de lo que se me acusa.
Yo soy Jhonathan y vengo de las 3000 de Sevilla, allí en una pequeña casa vivimos toda mi familia. Mi madre “trabaja” leyendo la mano a la gente y cuando hay ferias ella va vendiendo claveles y cosas. Mi padre roba, coge chatarra y vende droga y bueno yo pues le ayudó aveces o voy a otros colegios a parte del mio a robarle dinero.
Mi familia al no tener mucho dinero esta pensando en buscarme a alguien para que trabaje con el. Ese día volví del instituto y en mi casa me encontré a un hombre chino, entré en el pequeño salón y me lo presentaron, yo me fui a comer a la cocina esperando, y tardaron dos horas en acabar de hablar.
Mi madre me llamó y me dijo que me despidiese de toda la familia
que con ese hombre me iba a ir a trabajar a su almacén, eso hice, aunque me nege a despedirme de mis padres porque le echaba la culpa de tener que irme con ese hombre.
Salí fuera de la casa y hay estaba el que me había comprado. No tenía para nada cara de amable, parecía cansado, solitario y amargado, y para nada generoso. Nos fuimos y resultaba que el chino iba metiendo la mano en carteras ajena, en ese momento me di cuenta que ese hombre había mentido a mis padres, le había prometido que mi vida no sería de ladrón y resulta que sería igual.
Este hombre me enseño que yo tenía que ser muy astuto. Una de sus enseñanzas fue cuando íbamos andando, y yo iba por delante de el, en una avenida, cuando me dio una zancadilla y acabe estampado contra un coche. Se rió tanto que lloraba, mientras me decía que tenía que ir mil pasos por delante de el, en ese mismo momento comprendí que ya no sería el matón que era antes,porque el chino sabía más que yo y era mil veces más astuto.
Después de curarme seguimos andando hasta su coche, mientras estaba ahí dentro planeaba como vengarme del que me había comprado; pensando se me ocurrió que cuando llegase a mi lugar de trabajo haría que se enterase mi jefe quien era yo.
Llegamos y lo primero que vi era cincuenta chinitos de mi misma edad, yo era el único que no era chinoy era el más oscuro de piel, asin que el que más destacaba era yo. Más tarde mi jefe después de enseñarme todo el taller y presentarme, me sentó en una máquina de coser, y me preguntaron si sabía algo de coser, yo le respondí que si porque mi abuela me había enseñado, satisfecho se fue. Empezé a trabajar con una manta y para vengarme y reírme de el puse: ¡Chinos No!; sabía que me podría traer un gran problema porque todos eran chinos, pero me daba igual, y lo puse en la puerta. Cuando llegó mi jefe y vio la manta con las letras vino muy malhumorado gritando, que donde estaba yo, y cuando me encontró desee no haberlo echo porque me pegó con la máquina hasta que se cansó. Mis compañeros de muy mala gana me curaron ya que los había ofendidos también.
Al día siguiente ya estaba trabajando otra vez, planee como salir de aquel infierno, pero antes tenía que vengarme del que me había comprado devolviéndole todo lo que me había echo.con todo planeado fui a buscarlo a su despacho y le pregunte si quería ir a  dar un paseo conmigo, este que parecía muy astuto aceptó encantado conmigo creyendo que ya me había acostumbrado al ambiente del taller y a mi nueva vida.
Salimos del almacén y le dije que iríamos por un atajo que conocía y llegaríamos antes, este por supuesto acepto, asin que lo lleve por un camino muy estrecho, y le dije que el tenía que ir primero, cuando llegamos a una avenida le puse tal zancadilla con un empujón, que acabo estrellado contra un coche y me reí mientras llegó la ambulancia, que cuando llegó salí corriendo, mientras al chino lo curaban.
Por el camino me encontré con un camello en plena venta de droga, y me empezó a silbar para que me acercase a el, eso hice, y me preguntó si quería comprarle, yo le dije que no, sabía lo que llevaba porque la vendía, cuando el vendedor se enteró y me pregunto si estaba interesado en ayudarle yo acepte ya que no tenía nada, ni un lugar para dormir ni dinero para comer, asin que me fui con este hombre que se veía bueno, pero me contó que no ganaba apenas dinero y lo que ganaba lo invertía en un poco de comida y en el alquiler del piso.
Un día cansado de no hacer nada y con mucha hambre decidí que tenía que hacer algo para ganar dinero. Yo como solo tenía 15 años pues me puse por la mañana a mendigar, y por la tarde y por la noche a robar, yo no quería pero era el único remedio para poder comer algo. En una mañana ganaba más limosna que 6 mendigos en una semana, porque al ser un niño todos se compadecían de mi.
Mi amigo el vendedor de droga, estaba muy contento conmigo y cada vez que traía dinero a casa, me trataba como un dios.
A los diez días de vivir con el me aburrí de la vida que llevábamos y de trabajar, asin que me despedí de mi amigo y me fui.
Pensé en irme a la playa, ya que nunca había ido, asin que robe un mapa y me dirigí a la playa de Huelva, no sabía como irme para allá, asin que empecé a andar.
Por el camino de ida se me paró delante una furgoneta de hippies, que me preguntaron si me llevaban, yo acepte. En la furgoneta era toda una fiesta todo el día cantando, aprendí a tocar la guitarra a cantar y todo. Por fin llegamos a la playa, allí continuamos la fiesta, hasta dos días sin parar. Pero mis nuevos amigos se tenían que ir, asin que nos despedimos, diciendo que nos volveríamos a ver.
Yo me fui a la ciudad a buscar algo para trabajar, pero al ser menor y tener estas pintas nadie me quería cerca de sus negocios.
Asin que empecé a robar para comprarme una máquina de coser y telas porque en mi trabajo con el chino me había dado cuenta que era mejor cosiendo de lo que pensaba y además me gustaba. Empecé a coser pero veía que se ganaba muy poco dinero y no me daba apenas para comer, y dormía en la calle.Cuando ahorre me compré una guitarra y comencé a tocar en el metro.
Ya puede comer mejor y comprarme algo de ropa para cambiarme, pero seguía sin tener casa, asin que no me quedo más remedio que vender droga y robar para poder alquilar un pequeño piso sin ningún tipo de lujo.Asin comencé a ganarme la vida por la mañana cosiendo, por la tarde vendiendo droga y tocando la guitarra y por la noche a veces robando.
Por eso señor juez le digo que me da igual que me meta en la cárcel porque contándole mi historia le explico, que lo único que quiero es comer y un lugar donde dormir, porque con poco me conformo.
(Las 3000, Sevilla)